Por Sigrid Kunath Titular del Observatorio de Géneros y Derechos Humanos del Senado
En 2015 fue sancionada la Ley Nacional 27.176, a partir de un proyecto de mi autoría siendo Senadora Nacional (2013-19) que promueve un tratamiento responsable de las problemáticas a través de un enfoque centrado en los derechos de las personas y la perspectiva de género.
A partir de entonces cada 11 de marzo se conmemora el Día Nacional de Lucha Contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación, para analizar y reflexionar sobre el rol que juegan los medios en la difusión de valores asociados a los vínculos, el respeto por la diversidad, el resguardo por el derecho a la intimidad de las personas, y la posibilidad directa de no revictimizar a quienes sufrieron o están atravesando una situación de violencia.
La comunicación puede contribuir de manera sustancial a no reproducir la violencia hacia las mujeres y las disidencias, ni hacia niñas, niños y adolescentes, ni hacia ningún colectivo o identidad.
Las pautas y recomendaciones que desde hace tiempo vienen realizando periodistas, referentes de los feminismos y organizaciones sociales, proponen garantizar los derechos de las personas a través de una comunicación con perspectiva de género, igualitaria y no sexista. Por caso, el recorrido de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género ofrece referencias y recomendaciones.
Pensamos de qué manera podíamos promover la igualdad entre hombres y mujeres y el tratamiento plural igualitario y no estereotipado evitando la discriminación por género u orientación sexual, al analizar el rol que cumplen los medios de comunicación en el tratamiento responsable de la información. La forma en que los medios y periodistas abordan estas temáticas pueden profundizar los estereotipos de género, los estigmas y las distintas formas de discriminación, o ayudar a erradicarlos
Es importante una vez más, y cada vez que un hecho de violencia de género sacude a nuestras comunidades, reflexionar sobre los mandatos impuestos social y culturalmente que se reproducen también en los medios de comunicación. La comunicación es una herramienta clave para el fortalecimiento de sociedades más igualitarias, entonces sostenemos la necesidad de repensar cómo se comunican las noticias sobre violencia de género. Entiendo que la gran mayoría de los y las comunicadoras adoptan buenas prácticas para la comunicación, pero es necesario seguir trabajando en ese sentido.
Aun cuando existen recomendaciones, manuales, guías que advierten sobre la forma de comunicar responsablemente en estos casos, hay tratamientos periodísticos que lejos de aportar información, profundizan sobre estereotipos, vulneran derechos y condicionan la vida de las mujeres sujetándolas a patrones estereotipados, mensajes que desconocen el respeto por su integridad física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, o simbólica.
De allí la importancia de desterrar la reproducción de valores o ideas que transmitan
y reproduzca la dominación, la desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
Reconocer la relevancia de los medios de comunicación, de redes sociales y diversas plataformas tecnológicas que son signos de época también tiene su correlato en las agendas legislativas como por ejemplo en la sanción de la ley que crea un Nuevo Régimen de Protección, Prevención y Asistencia de la violencia por razones de género a partir del trabajo encabezado por la Vicegobernadora Lic. Ma. Laura Stratta y a través de la Red para la Igualdad en el enriquecimiento e incorporación de aportes.
Es un gran desafío colectivo, no solo de quienes comunican, sino de toda la sociedad y que será posible de abordar en el sostenimiento de la agenda integral de género.
Cada mensaje que se emite constituye también una oportunidad para desterrar los estigmas y las violencias en sus distintas manifestaciones, y para incluir, generar y difundir información sin vulnerar a las personas, a través de una comunicación respetuosa de los derechos humanos, con perspectiva de género.