En las últimas noticias hay un cuadro de aumento de tarifas de electricidad que podría presionar los precios.
A favor o en contra de estas medidas, lo cierto es que sabíamos que el proceso de cambio de un gobierno a otro iba a traer aparejados movimientos en la economía. Todos los procesos económicos involucran a diversos grupos sociales y esto implica la existencia de intereses contrapuestos. La quita de retenciones más la devaluación implicó una gran transferencia de riqueza hacia los sectores exportadores, a costa de una inflación que pagamos todos. Más allá de que esto pueda tener un impacto positivo en el mediano plazo, hay efectos redistributivos que no deben ser ignorados, porque afectan los niveles de desigualdad y de pobreza. En este cuadro de situación, preocupa además la realidad de miles de empleados y obreros que están quedado en la calle producto de las políticas de achique del Estado y la menor participación de la clase obrera en la renta nacional. Los trabajadores no pueden ser la variable de ajuste.
Como decía Perón, “en economía la única posición es la que se deduce de la realidad y de su exacta apreciación”. Por eso es importante entender que en lo que respecta al gobierno nacional y a sus políticas económicas, hay una concepción diferente de los problemas y qué hacer frente a ellos. Por ejemplo, el Ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay presentó hace unos días un programa de metas de inflación y metas fiscales. Uno de sus objetivos es ir reduciendo la inflación en etapas a lo largo de los próximos 4 años. Para 2016 la meta es cerrar el año entre 20 y 25% de inflación (para 2017 sería entre 12 y 17% y hacia 2019 se propone 5%). El equipo económico anterior entendía que gran parte de la inflación provenía de los grupos concentrados formadores de precios (supermercados, por ejemplo), y a esto respondía con la política de Precios Cuidados. El equipo actual encuentra que la causa fundamental de la inflación es la emisión de dinero: cuando hay dinero sobrante en la economía (porque la gente no ahorra por la inflación) esto se vuelca al consumo y los precios suben. Desde la óptica de Prat Gay si se generan instrumentos para ahorrar e invertir, habrá menos consumo y esto sería una política eficiente para controlar los precios. Son cuestiones teóricas complejas. Lo que vale la pena resaltar es la diferencia en las ideas de fondo en estas políticas: unos piensan que el consumo es bueno para la economía, otros piensan que genera inflación.
Más allá de la discusión que tendrán los especialistas del tema, el objetivo para 2016 de una inflación entre 20 y 25% se ve un tanto difícil. El año 2015 estaría terminando con una inflación de entre 28% y 31% (aproximadamente). Se espera que el aumento de tarifas (el de luz de estos días y los que aún quedan por hacer) y la quita de subsidios presione nuevamente el alza de los precios. Como decíamos antes aquí, hay muchos conflictos de intereses. Para todo asalariado la inflación implica una caída de su poder adquisitivo. Sin embargo, también es cierto que casi un 70% del déficit fiscal que tiene hoy Argentina es producto de una política de subsidios a los servicios públicos que no ha logrado generar un uso eficiente de la energía (gas, petróleo, combustibles, electricidad, etc.) y que además ha significado una trasferencia de recursos hacia sectores más ricos de la población. El aumento de tarifas se ha ido postergando en el tiempo y agravándose. Quizás lo que uno podría discutir hoy es si el tarifazo brusco es una buena manera de hacerlo o debería plantearse de modo más gradual.
En tanto, en Entre Ríos, en los próximos meses estaremos ocupados en las negociaciones paritarias y, como todos los años, el objetivo del gobierno provincial será el de satisfacer las demandas de nuestros trabajadores. Siempre nos hemos encontrado en la misma vereda, con el objetivo de que las familias entrerrianas no sufran ningún retroceso. Nos preocupa el aumento de precios que ha habido en algunos bienes de la canasta básica, los alimentos sobre todo, pero también entendemos (y esperamos) que el efecto sobre los precios de la devaluación vaya reduciéndose. Impulsaremos también, desde el ámbito del Senado, medidas que garanticen que los sectores más postergados no pierdan ingresos. En ese sentido, la tarifa social o la devolución del IVA a jubilados y beneficiarios de planes sociales nos parecen herramientas a continuar y ampliar en alcance.
Otro punto clave a nivel provincial será el nuevo camino que podamos emprender en la discusión de la coparticipación federal, que implica revisar la manera en que pensamos la estructura de redistribución de la riqueza que se produce en nuestro país.
Desde nuestra perspectiva, el manejo de la inflación será un punto clave para la primera etapa del gobierno de Cambiemos. Porque lo cierto es que si se logra contener estos precios habrá mejores condiciones para la inversión, el ahorro, los desarrollos productivos. Pero si la inflación entra en una espiral ascendente, vamos a enfrentar un proceso recesivo que va a empeorar la situación económica.
Hay cosas que cambian y otras que no. Entre nosotros no cambian los objetivos centrales que nos hemos planteado desde el principio para nuestro gobierno: seguir transformando Entre Ríos, apostando a las agroindustrias, a la incorporación de tecnología, a la educación, a la generación de trabajo digno, a la mejor calidad de vida, y a un desarrollo con inclusión.
* Contador. Vicegobernador de Entre Ríos